Anel Noreña le pide ‘tregua’ a su hija, Marysol Sosa, luego de declarar que, presuntamente, ella y su esposo la agredieron.
Por Josué Olvera.
Hace unas semanas, Anel Noreña aseguró que la relación con su hija, Marysol Sosa, estaba completamente rota debido a que, tanto la cantante como su esposo, supuestamente, la agredieron verbal y físicamente. «Se suscitó una gritadera, donde ella agarró una servilleta y puso ‘renuncio a mi herencia’ y me lo aventó. Y le dice al marido ‘vámonos porque esta está loca y con ella no se puede hablar'».
«Por un comentario que yo le hice al muchacho y no le pareció, se me echaron los dos encima, pero en una forma que yo pensé que el hombre me iba a dar un moquete, se me vino encima así. El otro diciéndome ‘a mi esposa no le vas a hablar así’. Ese fue el meollo, así tan sencillo como ese, pasa en todas las familias y desgraciadamente pasó en la nuestra», agregó.
Marysol desmintió la declaración de su madre a través de un comunicado de prensa, reiterando que ni ella ni su esposo son personas violentas. «Me parece muy lamentable que se victimice de esta manera, conociendo las verdaderas razones de nuestra distancia, que vienen de tiempo atrás. Las acusaciones son muy delicadas. No somos personas violentas, ni promovemos ni aplaudimos la violencia. No puedo permitir difamaciones y ataques de esta índole, yo no me presto a escándalos basados en mentiras».

Anel se arrepiente, pide ‘tregua’
En entrevista con ‘Ventaneando’, Anel habló sobre la controversia. Dejó entrever que ha buscado a su hija después de lo que pasó y que no ha obtenido respuesta alguna. Pide detener el conflicto para poder volver a convivir con ella y sus nietos.
«Oye Mary, ya, en serio, te he estado buscando. Tú sabes que te he estado buscando, pero mijita, ya paremos todo. El otro día me dijeron lo que significa la palabra tregua, y es lo que yo quiero. Yo quiero que digas »’mamá, te quiero ver, te quiero abrazar, quiero que veas a tus nietos'».
Públicamente, pidió disculpas. «Discúlpeme, yo también me equivoco, pero ustedes también. Entonces yo los disculpo y ustedes me disculpan y ya está, se acabó el problema».
Desea que la reconciliación sea pronto, pues no sabe qué pasará en el futuro. «Lo que no podemos seguir haciendo es dejar pasar los días porque yo no sé si amanezco mañana, ni ellos tampoco».
Citó a Marysol y su familia a su hogar, para platicar y desayunar juntos. «Así que los espero a la hora que ustedes puedan, pero vengan a desayunar conmigo, o a comer conmigo, con los niños. Yo la quiero mucho, más cada día. El corazón de las madres siempre se inflama diario».
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