Claudia, prima de Alejandra Villafañe (q.e.p.d.), narró que, aunque la actriz sabía que su cáncer no tenía cura, no perdió la esperanza e hizo todo lo posible por erradicarlo.
Por Josué Olvera.
El pasado sábado 21 de octubre, se dio a conocer el lamentable fallecimiento de Alejandra Villafañe. La actriz y modelo colombiana, tenía 34 años, y se enfrentó, por varios meses, a un cáncer muy agresivo en varias mamas y en un ovario.
En Instagram, compartía el duro proceso que vivía. Siempre enfrentó a la enfermedad con valentía. «Desde el 12 de mayo me diagnosticaron con esta palabrita que no es tan chévere pronunciar y que nos causa un poco de susto, y ha sido un largo proceso. Me dijeron que tenía un milagro en el seno, un milagro en el otro y un milagro muy grande en el ovario derecho. Me pregunté ¿Por qué los senos? ¿Por qué el ovario? ¿Qué más tenía que aprender?»
Y a pocos días de lo ocurrido, Claudia Villafañe, prima de la Alejandra, narró que, aunque la actriz siempre supo que su cáncer no tenía cura, no perdió la esperanza e hizo todo lo posible por erradicarlo. Recordemos que la también exreina de belleza, compartió en redes que se había sometido a operaciones, y que iniciaba el proceso de quimioterapias.
«Tuvo un cáncer muy agresivo y extraño, se llamaba cáncer germinal, o sea que siempre iba a crecer, no había una manera de curarlo ni de pararlo. Ella todo el tiempo estuvo muy consciente de todo, de su diagnóstico, de su tratamiento, de las pastillas que se tomaba. Hasta el último momento estuvo muy consciente de todo», contó.
Durante sus últimos meses, Alejandra estuvo acompañada por su familia, amigos y pareja. No le soltaron la mano. «Ella amaba la vida definitivamente, pero sí asumió el desenlace de lo que sería su enfermedad con muchísima valentía. Fue una muerte muy tranquila, rodeada de las personas que quería muchísimo, que amaba. No estuvo sola, siempre estuvo acompañada».
A todos les dejó una gran lección sobre valentía y fortaleza. «Aleja para nosotros fue felicidad, una mujer muy valiente, guerrera, que la dio toda, no solamente en esta enfermedad, sino en todos los procesos de su vida. Ella nos enseñó lo que es la resiliencia, la fortaleza y algo que admiramos hasta el último momento fue su fe, porque nunca la perdió».
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