Samuel Sarmiento arrancó con su etapa como solista, como cabeza de proyecto, como empresario; y muestra respeto a los Lizárraga.
El cantante ya cuenta con libertad creativa. Y al mismo tiempo, asumió la responsabilidad de levantar una compañía, donde mucha gente depende de él.
Trabajó los últimos siete meses en el lanzamiento. Con pesar descubrió que muchas de sus amistades se restaron, pero tuvo la virtud de sumar a personas valiosas en esta aventura:
“La neta no ha sido fácil, pero ha sido muy bonito porque estoy aprendiendo muchísimo. Son cosas que antes no sabía, que tomaba muy a la ligera”.
—¿Como cuáles?
—Te das cuenta de que mucha gente te falla. Mucha gente no quiere trabajar, mucha gente te dice que sí, siempre sí y nada más es no. Es triste porque te vas dando cuenta quién sí y quién no es tu amigo. Cuando un proyecto va a arrancar de cero. Muy pocas personas quieren ser parte de las ganancias, pero no de las pérdidas.
Samuel Sarmiento, con 20 años de carrera, la mayoría de ellos en la empresa de la familia Lizárraga, decidió debutar con una canción de desamor, “Con agua en los ojos”. Sarmiento destacó la habilidad que tiene para cantarle a la desventura y el dolor:
“Aparte, también, la temática de la canción, tiene palabras como que muy actuales, muy modernas, muy del día a día. No a lo mejor. Muchas veces hay canciones que son muy bonitas y tiene palabras muy rimbombantes. Muy propias y que muchas veces la gente no las digiere tan fácilmente”.
—También, hoy tienes libertad creativa…
—Nunca había tenido la oportunidad de grabar una canción que yo quisiera. De decirle al arreglista, güey se me antoja que le hagas esto, esto, métele este arreglo. Y ya cuando escucho la primera canción que nos toca grabar como independiente, te lo juro que sí lloré de emoción, de sentimiento, fueron muchas cosas acumuladas dentro de mí.
Samuel presumió que salió de una manera muy digna y sin problemas de la empresa de la familia Lizárraga. Descartó que en un futuro tenga problemas con ellos. Por el contrario, solo siente agradecimiento por más de una década de trabajo y aprendizaje:
“Ellos me comentaron, me dijeron: ‘¿Sabes qué Samuel? La verdad, mis respetos para ti. Eres el único cantante que ha salido con las puertas abiertas de esta empresa, y que ha salido con la frente en alto, y como un chingón. La neta, felicidades, nos pesa muchísimo que te vayas. Nos hubiera encantado que te quedaras con nosotros más tiempo’. Agradecido con ellos, por todo lo vivido, por todo lo aprendido, “Recoditos” se convirtió en la banda de mis amores y siempre lo va a ser”.
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